Por Cheni para Política Obrera
El sábado 28 de septiembre, menos de 48 hs después
de que la patronal anunciara el cierre de la planta de Bernal de la
multinacional Kimberly Clark, se conformó la Comisión de Mujeres de KCK.
Con el correr de las horas no solo se ha fortalecido el proceso
de ocupación llevado adelante por los obreros frente a un cierre trucho
sino que la organización de sus compañeras y toda su familia alrededor
de la fábrica se ha convertido en un pilar para la lucha que llevan
adelante.
Debutaron con un gran festival donde todas las
actividades fueron llevadas adelante por ellas y los trabajadores dando
muestras de un enorme grado de organización. La comisión interviene
fuertemente en el proceso de ocupación, política y organizativamente.
Toman el micrófono en casa acción y se dirigen a todos con
extraordinaria firmeza.
La movilización a la primera audiencia en
el ministerio contó con una enorme columna que encabezaron los
papeleros y la comisión y sus familias, una gran demostración de fuerza
frente al Estado y la patronal.
La comisión se encuentra
organizando volanteos con el panfleto elaborado por los trabajadores y
preparando una nueva movilización para la audiencia del jueves, con la
convicción de que de ello depende la posibilidad de romper la maniobra
de la burocracia del papel para evitar el ingreso de la comisión interna
a la audiencia.
La marca del clasismo y la lucha
Después
de 10 años de experiencia con una interna clasista, la vida de la
fábrica y la de sus familias ha sido marcada fuertemente por la
solidaridad de clase.
Las luchas por el mejoramiento salarial,
por condiciones de seguridad, contra el ritmo rotativo y los esfuerzos
por recuperar el sindicato han dotado de una enorme experiencia a todos
En 2017, durante la toma de AGR toda la planta fue conmovida y se
sumaron con sus compañeras al acampe frente a la gráfica, tomando nota
de una experiencia que las marcaría a fuego. En el seno de las familias
papeleras se desarrollaba una enorme conciencia que no solo hizo que
aportaran al fondo de lucha sino que además discutieran en sus hogares
como se enfrentarían a una situación así.
Hoy, las trabajadoras ya sean docentes, empleadas de comercio, transitoriamente desempleadas o dedicadas a la crianza de sus hijos, organizan minuciosamente en la puerta de la fábrica y por teléfono, entre las mil una actividades que desempeñan al día, la lucha.
Hoy, las trabajadoras ya sean docentes, empleadas de comercio, transitoriamente desempleadas o dedicadas a la crianza de sus hijos, organizan minuciosamente en la puerta de la fábrica y por teléfono, entre las mil una actividades que desempeñan al día, la lucha.
La familia obrera, unidad política
En cualquiera de sus formas, las familias papeleras se han transformado
en una unidad política, cincelada por años de experiencia de lucha,
clasismo y agitación socialista.
Hijos, hermanos, abuelos, todos comandados por inmensas figuras femeninas rodean la fábrica y se han dispuesto a evitar el cierre que los dejaría sin sustento y desarmaría una vida que lleva años construir a pesar del extenuante ritmo del turno rotativo. Y es que en el desempleo o sometidos a la precarización laboral y al ritmo de las "changas" toda una familia se reorganiza para cuidar los chicos, para afrontar enormes deudas, alquileres, etc.
Hijos, hermanos, abuelos, todos comandados por inmensas figuras femeninas rodean la fábrica y se han dispuesto a evitar el cierre que los dejaría sin sustento y desarmaría una vida que lleva años construir a pesar del extenuante ritmo del turno rotativo. Y es que en el desempleo o sometidos a la precarización laboral y al ritmo de las "changas" toda una familia se reorganiza para cuidar los chicos, para afrontar enormes deudas, alquileres, etc.
Entre las madres y esposas se distingue claro un rechazo visceral a la
burocracia que tienen perfectamente identificada porque ante todo tienen
claro que no comparten intereses con sus familias completas.
Mientras las multinacionales como Kimberly, los gobiernos de turno y
todos los organismos del Estado que protegen las ganancias patronales
nos someten a la desesperación que trae violencia y descomposición, las
familias obreras aprendidas en la lucha, con sus mujeres a la cabeza de
levantan como grandes murallas de defensa detrás de las que se forjan
lazos amorosos, comprensivos, solidarios, dispuestos a enfrentar
cualquier adversidad.
En el seno de esta unidad consciente
también se educan decenas de niños que el sábado pasado en un
exitosísimo festival, jugaban alrededor de la fábrica, entre gritos por
la huelga general y la gestión obrera. Sus mamás que infinidad de veces
condicionadas porque el Estado no garantiza ni una sola de las
condiciones necesarias para ser madres plenamente, no solo no se han
dejado socavar por esa opresión, sino que han hecho de su amor también
una fuerza indestructible capaz de ir hasta el final.
Los métodos
con los que los trabajadores y trabajadoras de Kimberly Clark enfrentan
el cierre son el resultado de un largo camino de lucha y conclusiones
que quedará marcado para siempre en la conciencia de todos aquellos que
participen de ello y que se esparcirá inevitablemente.
¡Viva la lucha de los trabajadores de Kimberly Clark!
¡Vivan las mujeres de clase obrera y las familias obreras en todas sus formas!
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