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ACERCA DEL DEBATE ENTRE CANDIDATOS A INTENDENTE DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES.
Por Redacción. Política Obrera.
El debate entre candidatos a jefes de gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires se caracterizó por una fuerte anomalía.
En la hora y media que
llevó la discusión no afloró el tema crucial de Argentina, que no es
otro que la bancarrota económica y la declaración de un default de la
deuda externa – en un marco de pobreza extrema, elevada desocupación,
derrumbe del poder adquisitivo de los trabajadores y el deterioro
excepcional de las condiciones de vida y de trabajo de las masas. Los
contendientes se esmeraron en propuestas que ignoraban su completa
inviabilidad, tanto en lo que se refiere a los límites insalvables que
impone la quiebra capitalista cuanto a la incapacidad de las
instituciones del Estado para dar una salida a este derrumbe, incluso
una salida capitalista.
Esta ‘salida’ se discute fuera del ámbito
televisivo, en las reuniones que los Macri y los Lacunza, por un lado, y
los Fernández, Massa y Nielsen, por el otro, tienen con los fondos
internacionales y los agentes del FMI, tanto en Nueva York como en los
suntuosos departamentos de Puerto Madero. De acuerdo a numerosas
versiones, estos trámites se encuentran en un impasse, entre un
‘reperfilamiento’ que el FMI no aceptaría; una quita de la deuda, que
divide a los acreedores, y un ajuste fiscal que “la coalición
justicialista” teme que acorte considerablemente su mandato de gobierno.
La crisis que el fracaso del macrismo y el default ha desatado en el
FMI se ha visto acrecentada con el levantamiento popular en Ecuador.
Curiosamente, ningún medio destacó la exclusión del tema Ecuador del
debate, en medio de una rebelión popular.
La Ciudad fue tratada
por los disertantes como si fuera una isla, incluso un asunto municipal.
La preocupación principal de los contendientes era ganar los votos del
distrito. Incluso en estos términos, el default de la deuda pega por
todos lados, por ejemplo en la cartera de títulos del Banco Ciudad o la
Lotería, que han visto caer esos activos en su poder en un 60 por
ciento. Este derrumbe financiero potencial no fue mencionado. Hay que
tener en cuenta que los MM y los FF priorizan el cumplimiento con los
acreedores privado, en perjuicio de Anses y bancos del estado. Ni hablar
del derrumbe de las Leliq, cuyo inminente default afectará, por sobre
todo, a los bancos públicos. De otro lado, al igual que lo que ocurre a
nivel nacional, las paritarias se encuentran bloqueadas y el bono de
cinco mil pesos está sujeto al albedrío de las patronales y se paga en
cuotas. La burocracia K se ha acomodado al ultimátum extorsivo de AF,
como se ha visto con la de los pilotos. El debate fue estructurado en
torno a las llamadas “políticas públicas” o de “gestión” del distrito,
con la obvia intención de alejar a la crisis nacional e internacional y
la lucha de clases. Una adaptación a este formato plantea, sin embargo,
una capitulación en las posiciones.
El debate se desarrolló como
los que tienen lugar en la legislatura, no como una polémica política de
conjunto. De acuerdo a Clarín, fue una discusión “amigable”, lo cual no
es poca aprobación. Los contrincantes se tutearon y se dirigieron unos a
otros por el nombre de pila: Horacio, Matías, Gabriel – todo muy
civilizado, algo que no ocurre ni en el parlamento. No hubo planteos
referidos a las limitaciones de los comicios para enfrentar la crisis ni
señalamientos o indicaciones a favor de una organización y acción de
masas –huelga general o, incluso, paros activos de 36 horas.
Está
fuera de discusión que, una vez señalados estos límites fundamentales,
aquellos que estuvieron mejor que otros salieron con mayores ilusiones
electorales. Las dos incógnitas de las elecciones – si Lammens entra a
un ballotage, y cuántos legisladores de la Ciudad consigue el FIT-U (o
una diputada nacional por el distrito)- no quedaron despejadas. Los
planteos vertidos no tendrán el menor peso en el desenvolvimiento de la
crisis.
El debate completo
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